martes, 18 de agosto de 2009

El bautizo de Leonor de todos los santos


Plano medio de un núcleo familiar; en la fotografía, de izquierda a derecha, están la princesa Letizia de España, su hija Leonor de todos los santos y el príncipe Felipe, su padre.
La mujer, de aproximadamente treinta años, viste muy elegante con un conjunto color beis. La blusa es de manga larga; el cuello es en ve y tiene un pliegue de unos diez centímetros de ancho a cada lado. La tela del conjunto tiene una textura a cuadros que sobresalen, muy parecida a la que se le imprime al pan de los sándwich. Su cabello es un poco largo, reposa sobre sus hombros y desciende algunos centímetros. El color es irregular, tiene rayos de tonos castaños claros y su raíz luce oscura. Sus cejas tienen el mismo tono que el cabello; son poco pobladas y están un poco levantadas. Los ojos son grandes con proporción a su rostro y de color café oscuro. Su nariz es delgada y refinada. La boca esta entreabierta (sonriendo) y es evidente la fila de dientes superior. Sus orejas están escondidas tras su cara, solo se ve de ellas cierta parte y un par de sarcillos plateados formados, cada uno, por tres pequeñas esferas en fila vertical y de ellas pende una más grande.
Sobre sus brazos, la princesa Letizia carga a la infanta; una bebé de solo algunas semanas de nacida. Su pequeño cuerpo está cubierto por una gran manta de color blanco. Su cabeza, lo único visible, está inclinada hacia arriba, en dirección hacia su madre. No tiene aun mucho cabello y el que tiene es rubio. Esta dormida; de sus ojos no distingue característica alguna. Los rasgos de su nariz, boca y orejas (solo se ve una ya que está de perfil) no están definidos.
Al lado derecho de madre e hija un poco hacia atrás, está el príncipe Felipe. Su posición es erguida, su rostro mira unos grados hacia la derecha; sus brazos están rectos verticalmente. Su cabello es de color castaño oscuro, es corto y está peinado hacia su derecha. A los extremos derecho e izquierdo de su frente se distinguen dos marcadas “entradas” que terminan en punta, razón por la cual se forma una curva de cabello en la mitad de su rostro (hasta la altura de su frente). Sus cejas están casi rectas y muy juntas a sus ojos; su color es oscuro igual al de su cabello. Los ojos están entrecerrados, el izquierdo mas abierto que el derecho. Su nariz es un poco ancha; el largo va acorde con su rostro. Su boca describe una sonrisa muy discreta: entrecerrada mostrando sus dientes superiores. Su rostro esta poblado (de la nariz hacia abajo) por una clara, constante y despejada barba que baja hasta la mitad de su cuello.
El príncipe viste con un saco negro y una camisa azul clara; casi blanca. Lleva puesta una corbata rosada oscura con líneas que la cruzan aun más oscuras y detalles cuadrados de color dorado.
Sin duda alguna la llegada de la pequeña Leonor a la familia real ha llenado de alegría a la realeza española, en esta foto en especial se refleja cierto gozo en sus rostros, sin embargo ni siquiera una ocasión como esta se escapa de la frialdad y compostura que deben mantener sus miembros. A su madre se le ve sonriente, pero su postura y la del príncipe convierten ese sentimiento que los embarga en una situación simple, fría, común; tan cotidiana de reyes y reinas.

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